El Prado y su Jardín

Ya, por fin me animé...

Les aviso de antemano que debido a que han pasado más de 6 meses de la visita no recuerdo detalles como, por ejemplo, qué cuadro de la sala prometida vi primero pero la sensación que me generaron las recuerdo claramente (claramente sin considerar los caprichos de la memoria).

Vuelvo un poco al momento en el que crucé el portal hacia las salas de exposición, con la emoción en la garganta y el nudito en el estómago. Como mencioné en el post anterior la sala del Jardín de las Delicias está casi al inicio del recorrido pero decidí dejarlo para el final y así darle dramatismo al esperado encuentro con Jerónimo Bosh, alias El Bosco. Estuve nerviosa todo el recorrido. Mientras me paseaba por las diferentes salas se me humedecían los ojos de emoción pensando en llegar a la sala 57A. A veces me daba paranoia y me pasaba "rollos" del estilo: "y si me tropiezo y me quebro un pie tendré que ir al hospital y me quedaré sin verlo, nooooo" (paranoia no más po).

Bueno entre emoción, nervios, ojos humedecidos y paranoia llegué por fin a la sala de pintura flamenca. Al entrar noté a mi izquierda un gran grupo de gente así que evité mirar para allá aunque igual alcanzé a ver un pedacito de mundo del díptico externo del Jardín (nudo en el estómago de nuevo). Bueno seguí avanzando y llegué frente un cuadro de Pieter Brughel el Viejo llamado "El triunfo de la muerte": abrumantemente maestro!!!!!

Uno podría estar mirándolo horas y encontrar siempre algo nuevo. Es un cuadro brutal pero admirable, los esqueletos sometiendo y asesinando a los vivos es la muerte triunfando (chan!!!). Es tan genial el cuadro que a uno le dan ganas de "hacerle barra" a los esqueletos.

Al centro de la sala había dos mesas que exponían tablas del señor Bosh. La primera que vi

fue "Los siete pecados capitales", fue muy entretenido por que los nombres de los pecados están escritos en flamenco antiguo entonces hay que ir adivinando según el dibujo a qué pecado corresponde: Gula, Avaricia, Pereza, Lujuria, Orgullo, Envidia o Ira (nótese que sigo el orden de "Se7en").

Ahora que me pongo a escribir me he dado cuenta que recuerdo menos de lo que recordaba recordar porque la otra mesa está nula en mi memoria. Aparte de la mesa nula había otro cuadro de Brueghel, un par de Joachim Patinir y algunos más de El Bosco. Mejor no recordar mucho ahora, así no me alargo tanto porque se viene...sí se viene...

Por fin junté las ansias acumuladas por años y me giré a ver EL JARDÍN DE LAS DELICIAS, la verdad es que estaba un poco lejos y con un motón de gente entre el cuadro y yo así que (a pesar del giro drámatico) la emoción fue a medias no más. A medida que me fui abriendo paso entre los otros admiradores, esa emoción a medias se fue convirtiendo en completa y en ese momento no pude expresarme más que con lágrimas. Traté de que fueran discretas pero no sé si resultó porque el tipo que estaba a mi lado me miraba raro. Una vez que la excitación del primer encuentro se fue atenuando, comencé a admirar el cuadro con detenimiento olvidándome de la multitud.

Logré quedar justo frente al Infierno que es mi parte favorita y "flipé". Los detalles son increíbles, la burla a todo y la deformación de los conocido me dejaron sin aliento. La cantidad de evocaciones y situaciones entrelazadas que tiene es infinita y te sorprendes a cada instante cuando descubres una escena nueva. Creo que hasta una especie de moto de agua me pareció ver. Esta parte transmite mucho, se ven escenas de tortura y dolor, es brutal y se siente. Es el infierno. Lo que me llamó mucho la atención es que la música esté ahí, quizás por esa época la música era considerada demoníaca (como cuando en el 92' le cancelaron el concierto a Iron Maiden).

Luego me hice espacio hasta el mundo terrenal, que representa el pecado como la unión entre el paraíso y el infierno, y aquí si que hay detalles aunque son un poco repetitivos. La tierra es un orgía constante y están representados los mismos pecados de la mesa de los Pecados Capitales. Así que imagínense, en la tierra lo están pasando "chancho"!!!!!! Es una locura total, se ve a los hombres saqueando la naturaleza y aprovechándose de sus recursos... una realidad muy simétrica al presente. Aquí están representados los vicios de la humanidad que parecen no haber cambiado desde el 1500 y cada vez se ponen peor. Pobre Bosco se curaría de espanto si viviera en nuestra época.

El paraíso la verdad es medio "fomeque" comparado con la intensidad de las otras partes. Es todo tranquilo, hay muchos animales y los seres del paraíso viven en armonía con ellos y eso me gustó. También me gustó el canguro con cara de perro y la fuente. Pareciera ser un lugar muy relajante pero yo no lo disfruté tanto como viendo el infierno que es todo retorcido y variado.

En general, la estética del cuadro me gusta. Me encanta la forma retorcida de las construcciones, seguro que esas forma no son al azar y algo quieren transmitir pero lamento mi ignorancia artística. Siento que la armonía, la locura y la atrocidad están muy bien representadas y eso me hace sentir la obra. Además el cuadro no sólo representa situaciones sino que hay todo un concepto detrás de cada escena. Una de las cosas me que llama muchísimo la atención es la falta de censura, mostremos las cosas cómo son y punto.

Para mí es un cuadro fantástico, emocionante y angustiante. Si bien es un todo y está muy bien conjugado, mi parte favorita es definitivamente el Infierno... sus escenas me generan un rechazo terrible pero me siento hipnotizada por ellas. Cada que vez que lo observo descubro información nueva. 

De las 4 horas que estuve en el Prado, creo que mínimo 30 minutos los disfrute junto al Jardín y no me quería ir.

He cumplido uno de los sueños de mi vida y es una sensación indescriptible (aunque hice el intento por compartirla). Espero que revisando las página de alguna enciclopedia pasada de moda descubra otro sueño. Feliz volvería a esperar 16 años por sentir la emoción que sentí ese día y que aún siento cuando lo recuerdo.

Para quienes no conocen esta obra, "El Jardín de la Delicias" fue pintado por El Bosco entre 1500 y 1505, es un tríptico que abierto consta de tres escenas que representan: el paraíso a la izquierda, el infierno a la derecha y en el centro lo terrenal o el pecado que es la unión entre el paraíso y el infierno. Cerrado es un díptico que representa el 3er día de la creación del mundo, más información aquí.